Distensión de isquiotibiales

Los isquiotibiale son un grupo muscular compuesto por el  bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso. En su conjunto actúan como flexor de la rodilla y extensor de la cadera. Una distensión de isquiotibiales, también llamada «tirón», ocurre cuando uno o más de estos músculos se estiran o distienden demasiado llegando a producirse un desgarro muscular. (Pieters et al., 2021)

Este desgarro se clasifica en 3 grados:

  1. Grado 1; Distensión leve, provoca cierto dolor al mover la pierna pero que por lo general tiene mínima repercusión para una recuperación rápida.
  2. Grado 2; Desgarro parcial de uno o más de los isquiotibiales. Es posible que provoque dolor con actividad física. Tal vez haya inflamación y hematomas visibles superficialmente.
  3. Grado 3; Desgarro total o completo de uno o más de los isquiotibiales. (Grassi et al., 2016)

Pollock et al., (2014) en el studio British Athletics Muscle Injury Classification: a New Grading System. Proponen hasta 5 grados diferentes (0-4) con 3 sufijos adicionales (a= miofascial, b= musculotendinoso y c= intratendinoso)

Síntomas de una distensión de isquiotibiales

El paciente reporta un dolor agudo y repentino y tal vez un crujido en la parte posterior del muslo lo que, dependiendo de la gravedad de la lesión, le impedirá continuar con la actividad. (Poudel & Pandey 2021)

Causas de las distensiones de isquiotibiales

Por lo general ocurren como consecuencia de una sobrecarga muscular. La gente que participa en ciertas actividades que implica correr a gran velocidad durante un período breve de tiempo, saltar, efectuar cambios repentinos de dirección y de marcha etc,  tienen un mayor riesgo de sufrir este tipo de lesión.

Son frecuentes en adolescentes que están en etapa de crecimiento. Esto se debe a etapas de crecimiento repentinas donde los huesos de la pierna crecen muy deprisa  comprometiendo la integridad de los isquiotibiales. (Poudel & Pandey 2021)

Factores que pueden contribuir a una distensión de isquiotibiales

  1. No hacer un calentamiento adecuado.
  2. Musculatura mal acondicionada para la actividad física demandada o excederse con el ejercicio.
  3. Desequilibrio en el tamaño o fuerza de la musculatura. Por ejemplo, es frecuente que los cuadriceps estén más desarrollados y sean más fuertes que los isquiotibiales. El ratio entre isquiotibiales y cuádriceps según ciertos estudios no debería ser inferior a 0.80 y en algunos casos hasta 1:1. (Kabacinski et al., 2018)
  4. Retomar la actividad física demasiado pronto después de una lesión. Las distensiones de isquiotibiales necesitan reposo, reiniciar la actividad física demasiado pronto después de una distensión aumentan la probabilidad de una nueva lesión.

Se pueden reducir las distensiones de isquiotibiales

  1. Sesiones de calentamiento adecuadas antes de iniciar cualquier tipo de ejercicio o actividad física intensa.
  2. Mantener la fuerza muscular a lo largo de todo el año.
  3. Incrementar la intensidad y duración de las sesiones de entrenamiento de forma gradual y lentamente.

Es importante recordar que la fase de maduración del tejido dañado comprende de 21 días hasta 2 años.  Todo proceso biológico para la rehabilitación muscular lleva su curso y no se puede acelerar. (Herrington, 2017)

La inclusión del ejercicio nórdico excéntrico como componente para la posible prevención de lesiones de los  isquiotibiales han demostrado una reducción de hasta un 85% (Petersen et al 2011)

Neo Terapia

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